La Cama

Hoy me levanté como todos los días, y reparé en un pequeño detalle, ordinario y simple, le miré como si fuera la primera vez que pasábamos la noche juntos, estaba ahí como todos los días, había dormido acurrucado y a su lado había compartido tantas cosas... si ella hablara:-) sería otra historia

Por las noches comprende mi cansancio y me recibe en sus sabanas blancas cubiertas por una sobrecama color verde, es tubular de tamaño individual y con 5 almohadas que hacen más disimulada mi soledad, noche a noche.

Por eso hoy le dedico estas líneas a la fiel compañera: La Cama.

La cama es el mejor lugar de la casa, es donde dormimos placenteramente después de un día agotador, ahí reflexionamos de las cosas que hicimos bien o mal y las que podemos hacer al siguiente día; en definitiva es el lugar que nos proporciona consejos, descanso, remedios, ideas, consuelo, sueños y esperanzas.

La cama nos sirve de oficina, teatro, pupitre, comedor, sofá, bar, mesa de juego, escalera, plataforma de brincos, rezadero, escondite, caja fuerte, cabina telefónica.

La cama infunde respeto y ternura. Pocas cosas revelan más de una persona que su propia cama. Los miserables duermen en camas duras y estrechas, los románticos usan sitiales y encajes, los solteros tienen camas anchas, los niños tienen la cama como les da la gana, las solteronas tienen la cama llena de muñecos y ositos de peluche, los intelectuales tienen la cama rodeada de libros y periódicos, los ingenieros tienen cama de hierro, los poetas necesitan cama de madera, los creativos tienen la cama vestida de blanco o crema y los que no tienen ideas visten la cama con rombos, rayas y dibujos.

Hay cosas que no se pueden soportar en una cama: las migas, los animales, el reloj con tic tac, la suegra, las sábanas de poliester, la bacinica, la mugre, las tablas que traquean, el sudor ajeno, el dolor de muela, la diarrea y la persona a quien no se ama.

Y hay cosas que no se pueden hacer mejor que en la cama: ver televisión, leer el periódico, oír música, trasnochar, hablar por teléfono, dar ordenes, recibir visitas de mucha confianza para hacer confidencias y apagar el reloj despertador; además de compartir todo los beneficios de este gran invento con la persona que se ama.

LA CAMA EN LA HISTORIA

Las camas eran muy comunes en la clase gobernante de Egipto, Babilonia y Persia. Se caracterizaban por sus decorados e incrustaciones, no tenían cabecera, salvo un simple apoyo. Es hasta después del Siglo VII a.C. que las armazones y canapés griegos se convierten en importantes piezas del mobiliario. Consistían en una sencilla estructura de muelles con tiras de cuero entrelazadas, Las camas romanas se caracterizaban por su gran sencillez y después sobrepasaron en esplendor a las persas y griegas.

En aquellos tiempos las camas eran todavía un lujo para la mayoría de la gente. Durante la época de Carlos Magno las camas se realizaban de tubos de bronce.

En el Siglo XII y XIII todos los castillos y mansiones señoriales tenían camas, pero los dormitorios entendidos como tales no se configuraron hasta el Siglo XVIII. Hasta ese momento, en todos los hogares, las camas simplemente estaban en lo que se denominaba Sala y se utilizaban en el día como divanes. Por la noche se separaban con cortinajes para conseguir una alcoba dentro de otra.

A finales del Siglo XV los hogares de la clase acomodada tenían magnificas camas que se empotraban en las habitaciones. Las más humildes se conformaban con camas armario, cerradas por puertas (costumbre que perduró hasta el Siglo XIX).

La ostentación exagerada que caracterizaba las camas de épocas anteriores fue desapareciendo según se iban fabricando camas en serie y al alcance de todas las clases.