Artistas - Ettienne

El artista erótico conocido también por el nombre de "Stephen", se llamaba en realidad Dom Stephen Orejudos. Nació en Chicago el 1 de julio de 1933.

En los años setenta cruzó caminos con "Tom de Finlandia" y ámbos artistas llegaron incluso a exponer sus obras conjuntamente en la galería del Metro de "Greenwich Village" donde también lo hacían artistas como "Robert Mapplethorpe " o "Andy Warhol".

Dom (Que así se hacía llamar) estaba todavía en secundaria cuando sus primeras obras eróticas fueron publicadas. Él quería un seudónimo con gran elegancia y empezó a firmar con el pseudónimo de "Ettienne" (versión francesa de su segundo nombre "Stephen"). A partir de entonces y dependiendo del tipo de material que usase en sus obras (pluma, lápiz, etc.) usaba uno u otro nombre, reservándose la firma de "Dom" para sus óleos y acrílicos más ambiciosos.

Dom pintó un ámplio abanico de personajes, desde hombres míticos de gran fuerza muscular, hasta dioses griegos, pasando por romanos, militares, marinos, rudos jóvenes arropados en cuero, gamberros, policias, etc. Son típicos de Ettiene las obras estilo "Comic" en las que dos o más personajes se infringen tormentos físicos severos. Su gran dominio de la caricatura, junto con una habilidad sorprendente para el diálogo sórdido, produjo el tipo de historias que siempre esperaban con ilusión los asiduos consumidores de este género.

Los libretos de historietas de Dom fueron realmente donde éste sobresalió. Bajo el nombre de Stephen, su imaginación creaba hombres muy viriles con exceso de testosterona y extremadamente dotados, y les hacía vivir situaciones bizarras, perversiones, castigo sexual o muerte, poniendo siempre un trasfondo humorístico.

Dom Orejudos fue pareja de Renslow durante 40 años y su colaboración artística también fue muy estrecha. Les unía su afición por los gimnasios, por el cuero, por el ballet (Dom fue un afamado bailarín y coreógrafo) y, por supuesto, por el arte homoerótico. Renslow empezó a publicar los primeros dibujos de Dom y es el principal responsable de que su obra haya llegado hasta nuestros días prácticamente en su totalidad.

En su lecho de muerte Dom quiso que sus fans fuesen conscientes de que en ningún modo quiso que las situaciones que él creaba influyesen negativamente en nadie, eran simplemente fantasías y nada más (En el mundo del arte, la imaginación no tiene límites). Al igual que Tom de Finlandia, Etienne se sentía un tanto preocupado por si con el paso del tiempo sus historias fueran malinterpretadas.

Dom, que algunas veces fue tachado de bufón, tuvo todas las calidades de un príncipe respetuoso y considerado con los demás.