Personajes - Arthur Rimbaud

Ángel caído y poeta maldito.

Jean Nicolas Arthur Rimbaud (Charleville, Francia, 20de octubre de 1854 – Marsella, 10 de noviembre de 1891)

Lo primero que sorprende de Arthur Rimbaud es la precocidad y el corto espacio de tiempo en el que produce su obra. Consciente sin duda de que su vida iba a ser breve (pocos autores han sido tan autodestructivos como él) escribe todos su versos entre los 16 y los 20 años. Con posterioridad, olvidada por completo su actividad literaria, se dedica a las más diversas ocupaciones con un único interés: enriquecerse.

Por esta razón, el jovencísimo Arthur decide marchar a París sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo. El dinero que tiene para el billete no es suficiente, de modo que se cuela en el tren. Detenido y encarcelado, será su profesor de retórica (Georges Izambard) quien acuda en su auxilio. Cuando vuelve a Charleville sólo tiene una idea: "todo menos trabajar". Del joven dócil y aplicado que meses atrás fuera no queda más que el recuerdo. De modo que cuando en París estalla la Comuna (1871), Rimbaud corre a la capital a reunirse con los comuneros. Junto a los revolucionarios redactará himnos y manifiestos, pero el burgués que hay en él no tardará en manifestarse: les abandona por sus groserías y la mala calidad de su dieta alimenticia.

Finalizada su experiencia en la Comuna, un anarquista amigo de Izamard le pone en contacto con Paul Verlaine. La influencia que Verlaine ejercerá sobre el poeta será fatal. La amistad que les une dará mucho que hablar en los cenáculos literarios, donde Rimbaud es definido como una "señorita saturniana". Perdidamente enamorado, Verlaine dejará atrás su familia y su modesto empleo de funcionario para viajar con Rimbaud a Bélgica y a Inglaterra. Se engaña, lo que para él no es más que un frenesí que viene a justificar su propuesta estética, para Rimbaud es el vértigo de la autodestrucción. Las veladas de absenta y hachís de los dos poetas constan en los anales del desorden y el exceso, entre una y otra, Rimbaud escribe "Una temporada en el infierno" (1873). Finalmente, Verlaine, enloquecido y celoso, descerraja un tiro en el pecho de Rimbaud.

Verlaine es recluido en una cárcel belga y el poeta vuelve a Francia, pero su carrera literaria se ha visto seriamente afectada por el escándalo de Verlaine. El resto de los escritores le dan la espalda. Ante este panorama, el primero de los poetas malditos se instala en Inglaterra. A partir de 1874 deja de escribir. Durante los 17 años siguientes sólo le moverá un interés: hacerse rico. Puesto a ello no dudará en ser mercenario en las colonias holandesas y tratante de esclavos en Abisinia. Mientras tanto, en Europa, es el mismo Verlaine el primero en reivindicar a Rimbaud al publicar los poemas de su antiguo amante.

Finalmente Rimbaud regresa a Francia para morir en Marsella en 1891. Su legado, una poesía que alcanza la grandeza por la negación de toda la tradición cultural, no tiene parangón.

"Lo confieso: siento una inocultable debilidad por los “ángeles caídos”; los individuos señalados con el dedo flamígero de la gazmoñería y la corrección social, esos son los que más me atraen; salvo contadísimas excepciones, los niños buenos, políticamente correctos y blandengues me provocan flojera. En cambio, esos seres oscuros y a la vez luminosos; desafiantes, rebeldes; generalmente defenestrados por la hipocresía y la doble moral social; me provocan una mezcla de admiración y seducción espontánea.... Maldito entre los malditos, genial y perverso; angelical y demoníaco; qué no se ha dicho de Arthur Rimbaud. Espíritu sensible, vocación autodestructiva, perverso, egoísta; seductor y arrogante, Arthur Rimbaud encarna, creo, el arquetipo absoluto del 'Enfant terrible'".

Así resume un poco "Mélange" en su blog (http://melange-marichuy.blogspot.com/) quien fue este genial escritor y poeta.