Personajes - Luis Cernuda

Luis Cernuda Bidón fue un poeta misántropo al que la muerte de su madre, primero, y el exilio en dos tierras frías de sentimientos más tarde, acabaron por amargarlo.

Homosexual declarado, cuando se muda a Madrid en 1929 se enamora de un tal Serafín que no le hizo ningún caso. A este amor corresponden los libros Donde habite el olvido y Los placeres prohibidos. Nunca negó su condición homosexual, factor por el que fue considerado siempre un rebelde, dada la mentalidad cerril y poco abierta de la España de Posguerra, "un país donde todo nace muerto, vive muerto y muere muerto", como dirá en 'Desolación de la Quimera'.

Nace en Sevilla, el 21 de septiembre de 1902. Es hijo de un militar de carácter inflexible, que lo convierte pronto en su heredero, al morir durante la juventud del futuro poeta.

Su infancia fue solitaria e introvertida, oprimida por el carácter despótico de sus progenitores. Solamente la lectura sacaría al futuro poeta de su situación aislada, con predilección por los versos de Gustavo Adolfo Bécquer. Estudia en los Escolapios y en 1925 se licencia en Derecho por la Universidad de Sevilla, aunque jamás llegó a ejercer la profesión de abogado.

En su estancia universitaria conocerá a Pedro Salinas, quien ejercía la docencia en la ciudad andaluza. Salinas impulsará sus ansias literarias con la recomendación de la lectura de los poetas simbolistas y especialmente de Andre Gidé.

Luis Cernuda era integrante de la Generación del 27. Poeta de tonalidad aflictiva y elevada sensibilidad y finura, que tanto bebe de fuentes surrealistas como líricas y espirituales. "Perfil del aire" (1927), su primer título, "Un río, un amor" (1929), "Los placeres prohibidos" (1931) "Donde habita el olvido" (1933), "La realidad y el deseo" (1936), "Las nubes y Ocnos" (1943), "Como quien espera el alba" (1947), "Vivir sin estar viviendo" (1949) o "La desolación de la quimera" (1952) son algunos de sus libros de poesía más importantes.

En 1947 se inicia su exilio norteamericano, donde enseña literatura y logra por fin la ansiada estabilidad económica. Pasó a México en 1952, donde se enamoró de un culturista, a quien están dedicados los Poemas para un cuerpo. Trató con Octavio Paz y con los Altolaguirre, en especial su mujer Concha Méndez. Muere el 5 de noviembre en la Ciudad de México y es enterrado pocos días después en la sección española del Panteón Jardín.
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Me imagino de que a muchos de vosotros no os gusta la poesía, pero me atrevo a sugeriros que leais unos cuantos versos de cernuda, seguramente encontrareis alguno que haga referencia a alguna situación de vuestra vida, y quien sabe, quizás cambieis de opinión...