Una vieja historia (en realidad es casi una mini-novela) ambientada en una ciudad provinciana durante los años anteriores a la Guerra Civil Española, cuyo protagonista es homosexual. Tiene drama, ternura y profundas contradicciones personales.
Comienza así...
Hace unos años salí en un programa de TV hablando de un pintor recién muerto, a quien conocía personalmente y del que hacían una exposición póstuma. Era un artista también atípico, "hiper-realista" en estos tiempos. Había sido dibujante forense y estaba especializado en pintar cadáveres y heridas traumáticas. Últimamente, cuando se sintió morir, pintó una "Pietà", en la que aparece, con asombroso realismo y una luz mágica, el cadáver totalmente desnudo de un joven torturado, blanco como la cera, y lleno de hematomas, sobre la falda de su madre. Todo el mundo conoce este tema. El pelo del joven estaba lleno de coágulos de sangre. La crítica "progre" ignoró la exposición; un católico intransigente rasgó con una navaja el cuadro por indecente. Como pude, expliqué a los televidentes los pros y contras de esa pintura y abogué, como hago siempre, por la libertad creativa también de los que no son progres en la gran selva del arte contemporáneo...
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