Siempre había pensado que Brasil era un paraíso para los homosexuales; sobre todo por la desinhibición, sensualidad y tolerancia que transmiten las imágenes de sus famosos Carnavales y por los multitudinarios desfiles del "Orgullo Gay". Sin embargo y a pesar de que la comunidad gay ha obtenido diversos triunfos, en la vida cotidiana la realidad es bien distinta.
Diversas encuestas que se han realizado en Brasil revelan claramente que la homofobia en ese país sigue aumentanto. Un estudio, realizado por la fundación "Rosa Luxemburgo" y que aparece en la versión digital del diario "O Globo", muestra que cerca de una cuarta parte de los brasileños reconoció que "no le gustan" ni los homosexuales ni los transexuales.
Otra consulta anterior realizada por la UNESCO y aplicada a más de 10.000 jóvenes de todo el país revela que casi la mitad de este colectivo (entre 15 y 19 años), no querrían tener un vecino homosexual. Entre los varones, la proporción de prejuicios es más alta (54,2%), mientras que las mujeres mostraron más tolerancia con los gays.
Por desgracia esta homofobia se manifiesta muy a menudo en forma de violencia:
Según datos del "Grupo Gay de Bahía", una de las organizaciones de homosexuales más activas de este país, 122 homosexuales fueron asesinados en Brasil en 2007, cifra que superó en un 30 por ciento a los 94 asesinatos en 2006. Desconozco el balance total en el 2008, aunque en los seis primeros meses del año, según esta organización, ya se habían contabilizado 76 muertes violentas en presuntos ataques homófobos. Según el programa gubernamental "Brasil sin homofobia" lanzado por el presidente "Luiz Inacio Lula da Silva", cada tres días hay un homicidio de estas características.
El presidente de GGB (Grupo Gay de Bahía), Marcelo Cerqueira, señaló que esa estadística confirma a Brasil como “campeón mundial de los crímenes homofóbicos, seguido por México y Estados Unidos”.
Muchos de los muertos son trabajadores del sexo, chaperos, travestis, o gays que han contactado con alguien para alguna aventura sexual y terminan siendo victimas de robo y luego asesinados. Las imágenes contradictorias de los permisivos festejos del Carnaval y la brutalidad homicida resultan sorprendentes.
Con el afeminamiento y comportamiento escandaloso, algunos famosos en Brasil han logrado su aprobación popular; sin embargo para la mayoría de brasileños no deberían ser un ejemplo a emular, si no un estilo que representa un modelo divertido pero inapropiado. Los "Drags" están bastante bien considerados socialmente, siempre y cuando no sean sus propios familiares directos.
Los padres suelen tolerar relativamente el hecho de que un hijo sea gay, mientras el muchacho no sea abiertamente afeminado y las personas del entorno social no lo sepan. A menudo, la política de "no preguntar, no saber" esta implícitamente asentada.
El presidente (Lula da Silva) defiende la unión civil entre personas del mismo sexo. El pasado año participó en una conferencia nacional de homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales, donde llamó al país a acabar con la hipocresía y los prejuicios contra los que son diferentes.
"Yo siempre defendí el derecho a la unión civil, tenemos que parar con la hipocresía", declaró a la TV estatal. "Hay hombres viviendo con hombres, mujeres viviendo con mujeres y muchas veces viven bien, construyen una vida juntos, trabajan juntos y por eso estoy a favor", aseveró el gobernante.
El mandatario se pronunció en favor de varios proyectos de ley para legalizar la unión civil entre personas del mismo sexo, una de las reivindicaciones de las organizaciones homosexuales de Brasil.
Las diversas asociaciones gays de Brasil estiman que los homosexuales y lesbianas representan alrededor del 10% de una población de más de 188 millones de habitantes.
LA HOMOSEXUALIDAD EN ÉPOCAS ANTERIORES: "LARGO DO ROSSIO"
Una rica subcultura homo-erótica ha existido en los centros urbanos mas grandes de Brasil al menos desde el último cuarto de siglo XIX. En Río de Janeiro, la "Plaza Tiradentes", conocida durante el Imperio como el "Largo do Rossio" era el centro de esta subcultura. Desde 1870, los hombres buscaban relaciones sexuales con otros hombres en los alrededores de la estatua ecuestre del Emperador Don Pedro I que adornaba el centro de la Plaza.
Edificios señoriales, en proceso de remodelación en el más actual estilo arquitectónico francés, rodeaban la Plaza Tiradentes. Debido a que las calles próximas eran también terminales de las líneas de tranvías, este espacio público bullía en actividad y movimientos humanos. La estratégica ubicación de la plaza, permitió la propagación de teatros, cines, music hall, revistas, salas de conciertos, cabaret, cafés populares y bares. En las inmediaciones de estos establecimientos públicos de espectáculos uno podía encontrar burdeles y pensiones "por horas" en edificios que habían sido en el pasado las viviendas de familias más o menos nobles o pudientes.
Las clases medias-bajas y los bohemios podían contactar con prostitutos en establecimientos populares como el bar restaurante "Stadt Munchen" y el "Café Suizo". Pero si todos estos lugares no resultaran satisfactorios para los cariocas, también podían recorrer otros centros vibrantes de la vida nocturna en el barrio de "Lapa".
Tanto los espacios públicos como las opciones de espectáculo variadas brindaron las oportunidades suficientes a los hombres para contactar con otros de iguales afinidades sexuales y sociales. Media docena de cines, innumerables barras, cabarets, y salones de música, dieron trabajo a muchos bailarines, cantantes, camareros, y empleados de servicio. Un lugar de reunión favorito para esta multitud era el "Café Criterium", ubicado justamente enfrente del parque, donde pululaban actores y muchachos jóvenes con las voces agudas que se maquillaban con polvo de arroz y colorete.
En el Brasil de finales del siglo XIX, el termino "fresco" se hizo un vocablo de doble sentido, usado tanto para burlarse de los hombres afeminados como para los que mantenían un rol pasivo en sus encuentros sexuales.
La identificación del "Largo del Rossio" como un espacio privilegiado para las aventuras eróticas entre hombres, aparece en una tira cómica del mismo período, publicado en "O Malho". El dibujo titulado "Escabroso", muestra la conversación de dos hombres. Uno es un adulto, muy grande, casi de tamaño monstruoso, con una perilla notoria y una presencia masculina ruda. El otro personaje, un hombre mucho mas pequeño con una línea delgada como bigote, está vestido a la moda con una flor en su solapa. Mira esquivamente hacia abajo y sostiene un abanico japonés en su mano izquierda. Su otra mano acaricia el borde del abanico. El hombre delicado comenta: «Hace tanto calor. Ni el jugo de anacardo ni cualquier otro refresco es suficiente, señor. Pienso que salgo todas las noches en busca de un lugar donde pueda encontrar fresco.» A lo que el recio compañero responde: «Vaya al Largo do Rossio.»
El juego de palabras permite al caricaturista un retrato de las referencias sociales: El caballero masculinizado y corpulento es capaz de clasificar a su tímido amigo y le remite a un territorio urbano apropiado para calmar sus calores mediante una aventura sexual. El dibujante trabaja con la suposición de que el lector medio conoce la jerga del hombre afeminado y por tanto el doble sentido de su comentario.