Personajes - James Dean

James Byron Dean, un idolo de la juventud de su tiempo, nació el 8 de febrero de 1931 en Marion, Indiana (Estados Unidos). Era hijo de Winton Dean (protésico dental) y de Mildred Winslow (ama de casa). En su tempraña niñez y a causa de motivos laborales paternos, se trasladó al estado de California y se estableció en la ciudad de Los Ángeles.

Cuando tenía nueve años, su madre murió y al joven Jimmy lo enviaron de nuevo a Indiana, para residir en la granja de sus tíos, en donde estuvo la mayor parte de su juventud; pero como lo de regentar granjas no era lo suyo, James volvió al sol californiano para estudiar interpretación en la Universidad de UCLA.

Después de solicitar a numerosas agencias de actores trabajo en una obra de teatro, le ofrecieron en 1952 intervenir en "See the Jaguar", en la que interpretó a un adolescente que había estado encerrado en una jaula la mayor parte de su vida. También hizo varias apariciones en televisión y en anuncios publicitarios. En 1953 le dieron otro papel en Broadway, "The Immoralist", que tuvo una acogida muy positiva por la critica. Aprovechando su estancia en Nueva York, Dean acrecentó sus estudios interpretativos en el prestigioso Actors Studio.

Su etapa en el cine también se iniciaría a comienzos del decenio, aunque con papeles insignificantes sin acreditación en películas como "Fixed Bayonets" (1951) de Sam Fuller, "¡Vaya par de marinos!" (1951), un film con Jerry Lewis y Dean Martin, "Has anybody seen my gal?" (1952) dirigida por Douglas Sirk y "Un conflicto en cada esquina" (1953) de Michael Curtiz. Finalmente, Jimmy, como se le conocería, consiguió su primer papel importante, cuando en 1954 el director Elia Kazan, que había rodado "Un tranvía llamado deseo" con Marlon Brando, le ofreció el papel principal de Cal Trask en "Al este del Edén". El director eligió a Dean por su similitud con el personaje, introvertido, tosco, melancólico y apasionado.

Dean no acudió al estreno. Nada menos que Marilyn Monroe y Marlene Dietrich trabajaron en esa ocasión como acomodadoras. Días después Dean vio su película pasando desapercibido en las filas del cine, como un espectador más.

La impresionante interpretación de Dean asombró al público y a sus colegas, que lo nominaron al Oscar por su primera actuación protagonista (ganaría Ernest Borgnine por "Marty"). Ese mismo año Nicholas Ray le contrató para el papel de Jim Stark en "Rebelde sin causa", coprotagonizada por Natalie Wood; papel en el que se acentuaba su postura incorformista.

Aprovechando la tremenda popularidad y el éxito comercial que Dean había conseguido con sólo dos películas, la Warner lo incluyó en el reparto de "Gigante" (1956), un título de George Stevens co-protagonizado por Elizabeth Taylor y Rock Hudson, en el cual James Dean volvía a identificarse con un personaje extraño, solitario, tímido y alejado del mundo que le rodeaba.

Debido a su aficción por los coches y la velocidad, en el contrato que Dean tuvo que firmar, se le prohibía expresamente competir en carreras de automóviles mientras durase el rodaje. No obstante Dean se compró un Porsche Spyder, al que bautizó "The little bastard" (El pequeño bastardo).

Días antes de su muerte hizo un anuncio publicitario en la que advertía a los jóvenes de conducir con prudencia. Tan pronto como terminó el rodaje de la película, Dean fue a competir en una carrera de automóviles en Salinas, cerca de San Francisco. La noche anterior dejó su gato a Elizabeth Taylor para que lo cuidase, ya que temía que algo le sucediese. Mientras Dean conducía su Porsche a una velocidad moderada por la carretera, acompañado por su mecánico, se le acercó en un cruce un Ford a gran velocidad, conducido por un estudiante. Dean trató de esquivarlo pero no pudo. Se incrustó debajo del Ford, perdiendo la vida instantáneamente en un 30 de septiembre de 1955, a la edad de 24 años. El conductor del otro automóvil y el mecánico de Dean se salvaron. Sus ultimas palabras, según declaró meses después su mecánico, fueron: "Ese chico nos tiene que ver".

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Si hay alguna película mítica para muchos jóvenes norteamericanos y del resto de los amantes de bucear en la iconografía gay, esa cinta es "Rebelde sin causa". En ella Sal Mineo interpreta a un adolescente que logra encontrar su propia realidad interior al enamorarse de un muchacho algo mayor que el, representado por James Dean.

Por supuesto eso no se plantea explícitamente en la película, dada las condiciones sociales de la época; pero las caricias, los gestos y miradas (y hasta un beso que se aplican Sal y James, no incluido en las versiones de la cinta por obra y gracia de los censores) no dejan lugar a dudas. Es mas, Nicholas Ray entendiendo perfectamente que Sal estaba enamorado de James supo utilizar esta circunstancia para dar mas intensidad a algunas escenas de la película. Por eso puede afirmarse que Sal Mineo logra el milagro de dar vida al primer adolescente gay del cine.

El rodaje de Rebelde sin causa no fue un encuentro meramente profesional y casto; según habladurías de la época hubo sexo y en cantidad, e incluso alguna experiencia mas que triangular entre James Dean, Natalie y Sal Mineo. Tambien corría el rumor de que Sal y Jimmy eran amantes. Esta evidencia permaneció durante muchos años. Así, cuando el biógrafo de James Dean pregunto a Sal si había hecho el amor con Dean, él lo negó, pero chasqueando los dedos añadió: "Estoy seguro de que si llega a pedírmelo habría podido ocurrir en un santiamén".

Durante el rodaje de la mítica película, a James Dean también se le relacionó sentimentalmente con Jack Simmons. De hecho, incluso le consiguió con el director una pequeña intervención en la película interpretando al rebelde "Cookie".

Durante aquellas semanas en las locaciones, la relación entre ambos actores llegó a ser tan obvia ante los ojos de todos, que incluso el periodista Sydney Skolsky, cuya hija intervenía en la cinta como miembro de la banda de jóvenes, publicó en su columna una serie de ‘pistas’ sobre el caso, que casi consiguen dañar seriamente la imagen del futuro ídolo juvenil. “Jack (Simmons) está siempre rondando el plató –escribió Skolsky. Le trae a Jimmy (Dean) café o un bocadillo, o lo que a éste se le antoje engullir en ese momento. Además le hace las veces de secretario siempre que Dean no quiere ver a alguien. Siempre hay mucha gente deseosa de ponerse en contacto con un ‘don nadie’ que se convierte en estrella”.

Para muchos, este comentario aparentemente intrascendente estuvo muy cerca de revelar la verdad sobre Jack y Jimmy, ya que entre líneas el “malévolo” de Skolsky prácticamente destapaba la relación entre ambos.

Detrás del mito de James Dean hubo un chico inquieto, poco paciente, acomplejado por su miopía y por su baja estatura -un metro setenta y siete-, que fascinaba a hombres y mujeres con su desapego por las formas, sus suéteres remendados y los vaqueros desteñidos y andrajosos (en tiempos en que no se usaban), y esos ojos increíblemente azules de seductor perverso y carnero degollado.

Para el 40º aniversario de su muerte, en 1995, una biografía de Paul Alexander, Boulevard of Broken Dreams (La calle de los sueños rotos), afirmaba que James Dean era "masoquista y homosexual" y que "le gustaba tanto hacerse quemar los brazos con cigarrillos, que sus amigos más íntimos lo habían bautizado el cenicero humano".

Basándose, según decía, en entrevistas realizadas a lo largo de tres años con amigos del actor y de hombres que supuestamente mantuvieron relaciones sexuales con él, "Dean era un homosexual asumido, que odiaba a las mujeres, pero que se veía obligado a frecuentarlas porque la empresa Warner se lo exigía".

Sea como sea, y debido a su caracter rebelde, lo cierto es que James Dean se jactó en numerosas entrevistas de haberse acostado con algunos de los hombres más poderosos de Hollywood.